Capítulo 1: Los opinadores profesionales

Inauguramos "Entre úlceras y canas" hablando de esa especie que, por desgracia, nunca estará en peligro de extinción. Se trata de los "opinadores profesionales", también llamados malditos cansinos metomentodo.
Las veces que me he topado con estos especímenes son incontables. No tienen hábitat fijo, los puedes encontrar en tu vecindario, en el supermercado, en la biblioteca o hasta en tu propia casa. Su labor es observar tus movimientos y decisiones para poder actuar en cuanto se les presenta la ocasión. Son incapaces de mantener la alcantarilla cerrada, a pesar de que nadie les ha pedido su opinión.
Si te pillan en el mercado, siempre tendrán que aconsejarte los mejores alimentos para tu correcta nutrición. Si los encuentras en una farmacia, se sentirán obligados a recomendarte remedios infalibles para curar cualquier enfermedad que puedas tener. Si los ves en el bar, empezarán a darte un máster en deporte sea cual sea el partido o competición que estés viendo. Si te enganchan en la calle, preguntarán sobre tu vida con el único fin de valorar su transcurso. Lo peor es si se han acoplado en tu casa o ya estaban instalados cuando te mudaste. En ese último caso, te acompaño en el sentimiento.

Veamos, a continuación, un ejemplo práctico de como suelen actuar:
- Hombre Fructuoso, me han dicho que te has comprado un Mitsubishi Pajero de segunda mano.
- Eh... Si...
- Está bien. Aunque yo no me fío de los coches de segunda mano.
- Ah...
- Y Mitsubishi... Me han hablado muy mal de esa marca.
- Ahh... Bueno, me tengo que ir.
- ¿Y es diésel o gasolina?
- Ehh... Diésel. Venga, nos vemos que tengo apuro.
- Uhhh, diésel. Pero, ¿no te has enterado que ahora no los van a dejar circular? Te van a crujir a impuestos, a quién se le ocurre.
- Tampoco es así la cosa. En fin, que tengo mucha prisa.
- Y ese modelo... Para comprar un coche de ese estilo mejor te iba a salir un Nissan.

Ése es el momento en el que a pesar de haber aguantado estoicamente durante varios minutos, tus gónadas han llegado al nivel máximo de hinchazón y tu cólera explota, mandando al individuo a la mierda e invitándole a que se vaya a tomar por culo.
Tras dar con muchos "opinadores", acabarás convertido en un huraño ermitaño y cada vez que te cruces un ser humano le arrancarás la cabeza a mordiscos.

Como el mundo está lleno de estos gilipollas, podéis comentar alguna anécdota que os haya acaecido con ellos.

Se despide Fructuoso, el Oso Belicoso.


Presentación

Muy buenas a todos. Soy Fructuoso, el Oso Belicoso y aquí será el lugar en el que liberaré mi rabia contra todo lo que se ponga por delante.
En "Entre úlceras y canas" trataré una inmensa cantidad de temas que me producen rabia, ira, cabreo, cólera y furia. Sucesos, objetos, costumbres, artistas, famosos, instituciones, bandas de música y muchas más cosas que me producen exasperación irán apareciendo por este blog. En todos los capítulos que próximamente irán viendo luz intentaré aportar la máxima cantidad de humor posible, aunque de cuando en vez y cuando mi castigado estómago no digiera bien el bambú también trataré algún que otro tema con seriedad.
Encontraréis, por lo tanto, un blog con dosis de humor y realidad en el que podréis participar con vuestros comentarios creando así una comunidad de osos belicosos y rabiosos.
Si quieres saber todo lo que enfurece a este oso panda no dudes en seguir esta página, mi Facebook o mi Twitter.

Se despide Fructuoso, el Oso Belicoso.