Capítulo 3: Los modernillos anglicistas

En los últimos tiempos estamos viendo como proliferan los personajes que para parecer más interesantes utilizan palabras inglesas sin ningún tipo de necesidad. 

La moda "youtuber" es, posiblemente, la que más ha emponzoñado el idioma obligándonos a sufrir tremendas úlceras debido a los cansinos que torpedean las conversaciones con "lol", "what the fuck", "oh my god" y demás memeces. Aquí englobaríamos a niños y jóvenes que para encajar y creerse más graciosos se dedican a soltar por la boca diferentes anglicismos totalmente innecesarios que, para más inri, ni siquiera conocen su significado en la mayoría de los casos. "Si mi youtuber favorito lo dice, mola y lo repetiré hasta la saciedad". Estos desgraciados no se ríen, dicen "looool". Al exaltarse dicen "güadafak" o en su defecto, "oumagad". Para ellos todo es "random" aunque no sepan lo que quiere decir. Se pasan el día haciéndose "selfies" y todos se definirán como "gamers". Además, copiarán todo lo que su "influencer" de cabecera realice.

Los más mayores no se libran de la gilipollez. En el mundo empresarial y del marketing nos encontramos con nuevos anglicismos innecesarios que harán que una conversación con uno de estos modernillos resulte totalmente insufrible. Los autónomos de toda la vida pasan a ser "freelancers" y los directores "CEOs". Los patrocinadores son "sponsors" y no hacen publicidad sino "advertising". Para estos sujetos será de vital importancia el "networking" y el "benchmarking". Y, por supuesto, todos estarán guiados por los "speechs" de su "coach".

A nivel de calle vemos que la plaga de modernillos anglicistas nos inunda con sus "muffins", "brownies" y "cupcakes". Para quemar las calorías acumuladas de la ingestión de esos productos, se convierten en "runners" o se dedican a hacer "trekking". Para relajarse, se van de "weekend" a una casita rural o ven los "shows" que su canal de televisión favorito emite en "prime time".
Por desgracia, existen cientos de anglicismos absurdos que se podrían añadir a éstos, pero nos llevaría el día citarlos. 

Durante años hemos convivido con ellos y la forma de extinguirlos es, por el momento, imposible de adivinar. Mientras los científicos no encuentren una cura a la imbecilidad nos veremos obligados a mandarlos a la mierda si no queremos que nuestras úlceras nos provoquen graves anemias debido a la pérdida de sangre. 

Se despide de vosotros Fructuoso, el Oso Belicoso.




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